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Tribunales de Luz

Desde que se toma materia comienza para el Espíritu Humano un proceso de limpieza expresado en quebrantos de salud, crisis económicas, desequilibrios emocionales, conflictos familiares, entre otros; hacen parte de las pruebas que vive un espíritu en evolución.

 

Por qué?

 

En la verdad: “De lo que siembras recogerás la cosecha”, está la respuesta.

 

Y cuándo sembramos?

 

Es una pregunta que en medio del desconcierto se formulan aquellos que desconocen o niegan la existencia de la Ley de la Reencarnación; pues nuestro ayer no es sólo lo que recordamos, sino todo lo que representa huellas de vidas anteriores, donde cometimos errores, atropellos y abusos en contra de los demás, desaciertos que hoy nos tienen una vez más en el plano.

 

Cuando entiendas esto, entonces abandonarás el papel de víctima, ya no buscarás culpables, comprenderás que eres un viajero cuyo equipaje es bastante pesado, tan pesado que hace tu trasegar lento y doloroso.

 

Tu equipaje son las deudas que arrastras del ayer. Cada acción negativa en contra de tu hermano generó una capa de oscuridad que hoy pesa sobre tu espíritu; es una deuda contraída que tarde o temprano tendrá que saldarse; es una ley inmutable que nadie puede cambiar, cuyo efecto se ajusta a recoger exactamente lo que sembraste.

 

Es el sufrimiento la única manera de saldar las deudas del ayer?

 

La respuesta es no, hay otro camino y es el perdón. El Padre, Dios de Justicia, Amor y Paz, ha dado una oportunidad valiosa a la humanidad al entregarle los Tribunales de Luz, a través del Mensajero Ismael Garzón Triana.

 

Y que son los Tribunales de Luz?

 

Imagínate un tribunal de la Tierra donde hay jueces, abogados, guardias, demandantes y acusados, donde la ley se impone y se reclama justicia. La Ley de la Correspondencia que actúa en el Universo y que se manifiesta en las cosas más simples, como en las más complejas, nos dice: “Como es arriba es abajo”. Pues bien, la figura de un tribunal terrestre se proyecta al infinito y haya eco en los Supremos Tribunales de la Luz de Dios, donde tu espíritu se encuentra frente a frente con aquellos a quienes en el ayer lastimó; les pedirás perdón y a cambio ellos recibirán la Luz del Padre, alimento de todo espíritu; la deuda queda saldada, la capa generada por esa deuda se desvanece de tu espíritu; estarás más limpio y liviano, habrás evitado mediante un acto de fe y amor muchas tristezas y padecimientos, pues el perdón lleva a la paz, aquella paz interior que sólo se siente cuando nos liberamos de las ataduras del pasado y reconocemos que somos culpables.