inicio
inicio

Artículos

Buscando Las Leyes Dios

Gran parte de nuestra vida la pasamos buscando respuestas para cada conflicto, inquietud, episodio. Algunas veces son acertadas estas respuestas y pasan dejando huellas de satisfacción, otras veces de pesadumbre y muchas no son resueltas y se acumulan, las ignoramos, hasta que salen en ocasiones todas juntas, haciendo nuestra existencia amarga y conflictiva.


Si tomamos una actitud de resignación y entrega, hacemos nuestra existencia vacía y sin metas, hasta que algo nos nueve y reanudamos la búsqueda, indagando y escuchando a todo aquel que llega con algún conocimiento y comprensión de nuestra desgracia.


Empieza así, un recorrido que nos lleva a conocer a otras personas que están atravesando o han atravesado por episodios similares y en su forma los han resuelto, a donde han acudido y que puertas han tocado.


Entonces nos encontramos con todo tipo de grupos, asociaciones, religiones, cultos, chamanes, magos y toda una gama de sanadores, que desde diferentes conceptos ponen a nuestro servicio sus conocimientos. Todos tienen que decirnos, con algunos se logra buena empatía, con otros se empeora la situación y todo esto tiene un costo en dinero.


Esto no solamente se cumple a nivel individual, se cumple a nivel familiar, grupal, colectivo, racional y global. Es precisamente lo que estamos viviendo ahora, el cambio en el comportamiento del clima que afecta todos los ecosistemas. Es la respuesta a nuestro comportamiento a los abusos contra la naturaleza que se han venido acumulando a través de los siglos y que como a nivel individual, de idéntica forma se fueron ignorando y en este momento se esta manifestando con los estragos que estamos viendo a nivel global.


A muy pocos nos lleva esa búsqueda a encontrar el verdadero origen a las dificultades y la razón de la condición como ser encarnado y el porque de su paso por este plano y el encuentro con nuestro propio ser y con las leyes que rigen todo cuanto existe. Su estudio, comprensión, entendimiento y aplicación, más no su interpretación.


Porque las leyes no son para interpretarlas, pues al interpretarlas se convierten en una opción que se acomoda a nuestros intereses. Las leyes son para estudiarlas, comprenderlas, entenderlas, practicarlas y aplicarlas.


En ellas encontramos las respuestas que buscamos, nos proporcionan la historia de nuestro pasado, donde hemos sido los protagonistas de nuestra condición actual, nos justifican la calidad de nuestra cosecha, el fruto de nuestra siembra.


Será entonces que tenemos a quien acudir para parar una montaña que se viene encima, calmar un terremoto, devolver un tsunami, apagar un volcán, desaparecer las nubes, para que no llueva, mantener congelados los glaciales, hacer llover las sequias, frenar los huracanes. ¿Qué puertas tocar?


Por el afán del dinero el hombre ocasionó semejante desequilibrio, ¿será que con dinero vamos a salir de este caos?