Las Leyes
La Ley del Desapego
Somos únicos e irrepetibles, condiciones que nos llevan a ser independientes, y la independencia nos da la libertad.
Entonces ¿por qué no somos libres?
En la medida que vamos obteniendo logros, en vez de apoyarnos en lo logrado, para alcanzar otros nuevos, vamos aferrándonos a lo ya alcanzado, cayendo acaso sin darnos cuenta en una nueva condición no menos desconocida pero sí muy peligrosa: “el miedo a lo desconocido”. Peligrosa por que ésta nos paraliza, detiene la evolución, y son muy pocos los que logran salir de allí; además, por que se vuele rutinario, se convierte en costumbre hasta adaptarse, tomando una actitud muy propia del ser humano: la comodidad.
Estamos entonces en una cadena de acontecimientos que suceden al adaptar la comodidad como estilo de vida, dejándonos como consecuencia la pérdida de la autonomía, de decisión y empieza la dependencia que nos llevará, como por arte de magia a un estado dulce en apariencia pero horrible y muy difícil de superar: El apego. El apego es rígido, frena, se torna denso, hace que nos perdamos los logros alcanzados, impidiendo que seamos atrevidos, osados, dinámicos, autónomos.
¿Dónde queda entonces la condición de libertad del espíritu?
Nada que poseamos, obtengamos o alcancemos en esta cruzada, nos podemos llevar, nada que no sean experiencias humanas.
Entre las leyes que tiene que ver con la evolución humana, está la Ley del Desapego. Es a través de ella y de su práctica que el Ser puede encontrar el puente que al cruzar lo llevará a un plano más elevado, libre de los lazos que lo atan a este plano. En este avance tiene que desprenderse de lo que ya ha logrado; alcanzando su verdadera misión y la realidad que le corresponde como espiritu encarnado.
Pero el temor a soltarse de las cadenas a las que ya se ha acostumbrado, lo alejan cada vez más de alcanzar su autonomía en las decisiones y de actuar en libertad.
Como los espiritus se caracterizan por su libertad, a medida que se va espiritualizando se va tornado más drástico el trabajo del desapego de los vínculos humanos.
El desapego hace que yo sea Yo.