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La Paz no es un pacto, es una Ley.

 

Por estos días, esta muy actualizado el tema de la paz. Se habla de la paz como un negocio – vamos a negociar la paz-, como un pacto o como un arma para conseguir a través de ella, ciertas prebendas, ciertas condiciones para beneficio de unos pocos, que en la mayoría de los casos están al margen de la ley, pues han delinquido en diferentes formas, han perturbado la tranquilidad de sus congéneres que trabajan honradamente buscando el pan de cada día, de un pueblo o de toda una nación y hasta del mundo entero.


Se convierte la paz, entonces, en un instrumento de presión, para amenazar la estabilidad a todos los niveles, formas y condiciones: individual, familiar, empresarial, barrial, ciudadana, campesina, gubernamental, nacional, en fin.


La paz no es un instrumento de estas características, la paz es una ley, y como ley no es negociable, es una ley universal y hace parte del triangulo supremo, es una ley creadora junto con la justicia y el amor.
La paz no admite pacto ni condiciones, es un requisito para entrar al triangulo supremo, para regresar al todo, es el camino directo hacia el origen.


El Ángel Supremo en sus tres ultimas venidas al plano, como enviado del Padre, nos entrego el triangulo de leyes que conocemos como la trilogía suprema, que representa El Padre, La Madre y El hijo. Hace 4.000 años entregó la Ley de la Justicia, hace 2.000 años entrego la Ley del Amor y ahora hace 42 años entrego la Ley de La Paz.


El Ángel Supremo, la partícula más esclarecida del Padre, nuestro hermano mayor, el señor de la galaxia, nos dice que para regresar al Padre, hay que cumplir y hacer cumplir las leyes, por eso la paz es una ley intransferible no negociable e inmutable, y que para llegar a ella, es a través de una ley tributaria que es la Ley del Perdón. Si no existe el perdón no hay amor, sino existe el perdón no hay justicia y si no existe el perdón no hay paz. Entonces la paz, se logra desde el amor y desde la justicia, desde la obediencia en su práctica, desde el respeto por los semejantes y por los demás seres de los otros reinos. Desde la entrega a la causa espiritual que es la que cuenta a la hora de trascender.


No es pues la paz, un instrumento para alcanzar el dominio de los demás, para someter los pueblos, para sobornar gobiernos, para buscar treguas, para reorganizarse, y ya renovados continuar en lo mismo.


La paz si existe, es una ley y como ley hay que cumplirla y hacerla cumplir. No es un pacto, es una ley. No se consigue en mesas de negociaciones porque son leyes para estudiar, entender y practicar, cumplir y hacer cumplir. La paz es una ley universal, es enviada por el Padre para regresar a él, no es una ley hecha por el hombre, pero el hombre como siempre la ha manipulado y la ha tergiversado.