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Los Maestros

Maestro Leon Denis

 

En el nordeste de Francia, en Lorena, región de Domrèmy, en donde Juana de Arco comenzó a oír las voces que la inspiraron a combatir contra las fuerzas invasoras de Inglaterra, nació LEON DENIS LOUVILLE. Sus padres: José y Ana Lucía. Su día de nacimiento, el 1 de enero de 1846. Juventud sana, se convirtió en insaciable autodidacta y su inquietud por saber lo llevaba a hacerse miles de preguntas, mientras buscaba incansablemente las respuestas sobre la vida, la muerte y el universo. Un día encontró un libro que suscitó su curiosidad: “El Libro de los Espíritus” de Allan Kardec. Su convicción fue inmediata y comprendió que había encontrado la solución clara y lógica para explicar el sentido del Universo. Tenía entonces, 18 años.

 

En 1867, Allan Kardec visitó a Tours, y Leòn quedó sensiblemente impresionado por su personalidad y elocuencia.

 

En 1870, ingresó a la Logia Masónica de los Demófilos, donde se destacó presentando conferencias sobre la Libertad y el Patriotismo. En esos días se manifestó el espíritu del iniciado Jerónimo de Praga, apóstol checo quemado por el Concilio de Constanza en 1416, quien se convertiría en su guía espiritual durante 50 años.

 

En 1878 se luchaba en Francia por la enseñanza obligatoria, gratuita y laica; y León Denis empezó a destacarse como orador.

 

En 1889, las principales escuelas de la época: kardecistas, rosacruces, teósofos, cabalistas y swedenborgianos, se reunieron en el Primer Congreso Espiritualista Internacional. León Denis pronunció entonces un discurso exponiendo y defendiendo los principios de la tesis kardeciana. Más adelante, en Paris, en el año 1900, presidió el Primer Congreso Espiritista Internacional, y seguidamente, durante el Segundo Congreso Espiritista Internacional celebrado en Lieja en 1905, ya era llamado Apóstol del Espiritismo

 

En 1898 se publicó su libro “Cristianismo y Espiritismo”, donde reconstruyó los hechos de la historia cristiana, la doctrina desde su origen y los cambios a través de los siglos. Su tercer libro llevó por título “En lo invisible” y apareció en 1903.

 

Desde 1877 se interesó en Juana de Arco y dictó conferencias sobre ese tema y publicó en 1896 cinco importantes trabajos: ”Juana de Arco, su Vida, Proceso y Muerte”, “Juana de Arco, sus Voces”, “Juana de Arco y el Espiritualismo Moderno”, “Juana de Arco en Turena” y “El Papel de la Mediumnidad en la Historia”.

 

En 1924 escribió ”El Espiritismo y las cuestiones sociales”, dando una explicación racional del tema, a la luz de la reencarnación, sustentada por la ley de causa y efecto.

 

Su último libro: “El genio céltico y el mundo invisible”. Al final de la obra se encuentran una serie de mensajes que le transmitiera el espíritu de Allan Kardec .

 

El 12 de abril de 1927, desencarnó, como consecuencia de las complicaciones de una neumonía.


Como orador, tenía la capacidad de seducir almas y a eso se dedicó en su vida terrenal. Como escritor, nos dejó en herencia, el fruto de su talento, la hermosura de su prosa, la claridad de sus conceptos y la honestidad de su ejemplo.

 

”Día vendrá en que descendamos a nuestras tumbas y comparezcamos ante el terrible tribunal de la conciencia, desembarazada de las sombras terrenas y frente a la cual desfilarán la totalidad de nuestros actos, palabras y pensamientos. Entonces, y confío en que incluso antes de ello, entraréis en la gran batalla humana, en la lucha titánica de las ideas, en la importante vía del Espiritismo, y proseguiréis la labor de dar a conocer a los hombres sus destinos. Sabed pues, que vuestro rol será el mayor y más bello que pueda caber en suerte a un hombre en la tierra. Sabed que no hay nada más grande que el ser defensores y servidores de la verdad, y que para llegar a serlo, y merecer serlo, no existe dolor, amargura, ni desgarramiento que no hayáis de afrontar y padecer. Y, si sobre vosotros llueven chanzas, sarcasmos y odios, recordad entonces a cuantos en el pasado, sufrieron y murieron por el bien, la verdad y la justicia”.

 

Para finalizar esta bella frase suya: “Mi paso por aquí no habrá sido estéril, si he contribuido a apaciguar un dolor, a iluminar una inteligencia en busca de la verdad, a reconfortar a una sola alma vacilante y entristecida.”