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Comunicados

Mensaje en voz invisible del Maestro Paracelso

“La luz que Nuestro Padre me permite para todos vosotros.


Buenos días Hermanos:


Estar ante Dios y ante vosotros hermanos y ante un pueblo elegido por mi Padre desde el ayer, que trasegáis sobre la tierra desde tiempos inmemoriales, porque aquella memoria de vuestro periespíritu está allí gravada en un libro, en el libro dorado que vosotros tenéis en el infinito, más hoy vuestro consciente no recuerda nada del ayer, no se acoge a la Ley del Retorno que mi Padre la permite por que la habéis ganado, porque no estáis aquí por casualidad, porque no estáis aquí en vano, porque debéis cumplir una misión, la misión de vuestro espíritu.


Os llamáis hermanos, pero en el ayer fuiste enemigos, si en el ayer os odiastéis, hoy conocéis la Ley del perdón y os debéis amar, en el ayer os disgregaste por los pueblos y no cumplistéis esa misión que hoy El Padre os da la oportunidad de cumplir.


Hoy os reunís a tratar de esclarecer esta verdad, única verdad en el infinito de aquella Ley Suprema, Ley de mi Padre que tenéis en vuestras manos, que tenéis también implícita allí en vuestro corazón, pero como en este plano tenéis vuestro libre albedrío, porque aquella libertad que mi Padre da a cada uno de sus hijos de elegir entre el bien y el mal, os ha permitido volver y volver una vez más a la tierra.


¿Pero qué ha sucedido con vosotros y con los otros en el ayer?, cuando aun no se entendía a través de aquel médium parlante, vidente, clarividente, auditivo o escriba, que hacia letras en jeroglífico, cifraba versos o dejaba plasmado en la pintura un mensaje astral; cada uno de estos Maestros que hoy me acompañan en día de agradecimiento a mi Padre, estos Maestros que están conmigo en el infinito y que fueron grandes pintores, grandes músicos, grandes científicos y apóstoles seguidores del Maestro de las Leyes, enviado por Dios en todos los tiempos.


Ellos trajeron mensajes cifrados para la humanidad, por que en aquel momento de la historia entregaron a los pueblos en sus pinturas, en su música y en sus grandes obras, lo necesario para esa época, que muy pocos conocían la manera de llegar a ellos, pero que muchos hoy le reconocen como aquellas sinfonías musicales, como aquellas obras magnas de pintura, de poesía y de las artes mas nobles propias de espíritus en evolución, propias de un mandato divino que puede expresar una verdad de mil maneras.


Hoy privilegiados mis hermanos que tenéis nuestro Maestro Ismael entre vosotros y podéis entender sus notas musicales, su literatura y sus colores en la Obra dorada de Justicia, Amor y Paz.


Porque si miráis y profundizáis en la maravillosa Obra en verdad, en ella encontráis musicalidad, mucho colorido y una gran virtud de la cual hoy vosotros os servís, si miráis cada plegaria y pudieras penetrar como un vidente lo que hay allí, y lo que encierra aquel código, palabras que en verdad son portales al infinito, como aquella Primavera que al Maestro le ha sido permitida como la gran cosecha que dará la nueva primavera para la Octava Generación, y en ella se verá el nuevo origen de la humanidad. Por que así cada uno de vosotros debéis abrir una puerta que está entreabierta, porque aquel Mensajero ha bajado al terrestre a cuidar la puerta al más allá y ayudarles a vosotros a pasar aquel umbral a través de cada plegaria, de cada labor, de cada agradecimiento como hoy, y traspasar con amor para poder mirar la maravillosa extensión que mi Padre os tiene reservado para vosotros que intentáis cruzar aquella puerta y detrás de ella está aquel paraíso celestial y detrás del paraíso celestial está la parte espiritual astral que se avecina para vosotros, para aquellos que logréis penetrar en ella, para aquellos que quieran abrir el entendimiento en humildad, porque la llave que abre todas las puertas es el amor y para aquella humildad se requiere de mucho amor.


Así en este día doy las gracias a mi Padre Creador del universo por sus maravillas y por haberme permitido una cruzada que en el ayer pude decir a los cuatro vientos que os veía en todas las cosas y en cada lugar, y hoy me permitís nuevamente estar ante el pueblo que entiende mis palabras y al que quiero entregarle el conocimiento profundo de la Madre Naturaleza.


Así agradeciendo a nuestro Padre Dios por poder llegar a vosotros en este día.


Con vosotros y hasta pronto.


PARACELSO”