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Los rayos

Primer rayo: Voluntad - poder

 

VOLUNTAD – PODER

 

Imagine a un hombre guiando un carruaje tirado por tres caballos fuertes y potentes, teniendo este jinete sus riendas firmes puede controlar los tres caballos y llegar a su destino.

 

La energía representada por el jinete representa VOLUNTAD Y PODER, o energía del primer rayo.

Esta energía sabe todo sobre los caballos, a donde ellos deben llegar, la capacidad y fortaleza de ellos, también está informada sobre el destino del carruaje, el camino que debe recorrer y la velocidad que se debe tener para alcanzar la meta.

 

El jinete es el símbolo del YO SUPERIOR, del espíritu del hombre que tiene VOLUNTAD – PODER en su parte trascendental.  Los tres caballos que llevan el carruaje representan los cuerpos físico, emocional y mental del hombre, este desea llegar a la meta de su vida impulsado por el deseo, el propósito de este símbolo expresa la diferencia entre deseo y voluntad, que es necesario colocar pues si los caballos no tuvieran la rienda (voluntad), llegaría cada uno a una meta diferente, pues cogerían diferentes caminos, la rienda o sea la voluntad los conduce y los equilibra, quiere decir que nuestra voluntad equilibra, nuestro cuerpo físico, nuestro cuerpo emocional y nuestro cuerpo mental.

 

En este ejemplo el carruaje equivale a nuestro ser, este contiene nuestro yo superior o sea a nuestro espíritu, que está atado por tres riendas, o tres cuerpos (El físico, mental y emocional) que llevan el carruaje a nuestra meta que es nuestro destino final.

 

Esta descripción del jinete, el carruaje tirado por tres caballos nos ayudan a descubrir las características de la energía VOLUNTAD – PODER, desconocida por nuestros cuerpos físico, mental y emocional que tienen deseos, más no voluntad.

 

Los caballos quieren llegar a la meta, pero solos no sabrían como hacerlo, pues no conocen ni el camino, no  tienen conciencia de la dimensión de sus propias fuerzas, se perderían, no llegarían a su destino, pues para llegar se necesitan que estén juntos y alineados.

 

Por eso cada hombre debe aprender a manejar sus tres caballos representados en los tres cuerpos, físico, mental y emocional, alineándolos bajo la voluntad de su espíritu y teniendo muy claro su meta y sus ideales para cumplir con su armaje pasajero, que es su cuerpo, el vehículo del espíritu que lleva dentro.