Las Leyes
La Ley de la Reencarnación
La literatura está llena de referencias a héroes que relatan existencias anteriores. En las diferentes culturas se hace mención a seres que regresan de viajes y aventuras egipcias, hindúes, chinas, griegas, mayas, incas, en fin.
Pensadores y filósofos como Pitágoras, Platón, Apolonio de Tiana, entre otros muchos, hicieron alusión a la reencarnación, Heguel, por ejemplo, decía: “El espíritu, destruida la envoltura de su existencia, pasa de una a otra existencia, pasa de una a otra apariencia externa…” y Charles Fourier señaló: “Las almas evolucionan desde las formas de vida inferiores, pasando por una sucesión de planetas, con el objeto de purificase y perfeccionarse hasta llegar a la divinidad.”
La reencarnación no se puede tomar como un hecho aislado en la existencia de un ser, es más bien una serie de experiencias que pueden llevar al individuo a descubrir su verdadero destino cósmico - la reencarnación da la oportunidad de aprender de la pruebas o dificultades a las cuales nos hemos hecho merecedores por nuestros actos, tanto de esta existencia como de existencias pasadas.
Si el conjunto de acciones pasadas es bueno, el ser avanza en su camino evolutivo, lo contrario nos obliga a reencarnar en condiciones negativas con el objetivo de aprender la lección no superada y así poder alcanzar su progreso para lograr formas superiores en el camino de retorno al origen.
Por eso se deduce que la Ley de la Reencarnación se deriva de la Ley de la Causa y el Efecto -o ley del karma- que hace que el ser retorne a tomar materia para saldar hechos del pasado, de otras existencias; y a la vez de la Ley de la Evolución que nos indica las etapas que debemos cumplir en cuanto a la formación y el desarrollo para poder trascender a la siguiente escala.
Es a través de las múltiples existencias que nos vamos perfeccionando, ampliando nuestra conciencia, volviéndonos menos receptivos a las influencias del mundo externo.
A medida que vamos superando obstáculos, que vamos limpiándonos de las capas obscuras del ayer, que vamos desapegándonos de los vínculos materiales, vamos adquiriendo mayor sabiduría y con ello superando la necesidad de experiencias en la existencia física; liberándonos así de compromisos humanos, lo que nos llevará a adquirir propósitos más altos, como el de participar del plan evolutivo, poniéndonos al servicio de la humanidad.
Fuente: http://www.google.com