Las Leyes
La Ley del Perdón
Cada 2000 años es una nueva Era y 12 Eras es una Generación. Estamos en el final de Era – 2000 años desde la llegada del Maestro Jesús- y el final de Generación, se inicia la octava y termina la séptima.
En 2000 años, la humanidad ha avanzado en todos los campos: tecnológico, comunicaciones, transporte y en todo lo que tiene que ver con lo material.
A medida que la humanidad se dedica a su progreso material, se va alejando de su progreso espiritual, llegando incluso a negar su origen y creyendo que el bienestar sólo se logra a través de los bienes de la Tierra. Creencias estas, que hacen que la Humanidad se convierta en un complejo ambicioso de metas desmedidas, que desbordan al final en un descarado irrespeto de las leyes naturales, manipulando la Creación y creyéndose los amos y señores del plano.
Este es un proceso progresivo a través de los 2000 años que dura la Era; en la que la humanidad se va alejando de su compromiso como espíritu, alejándose de las leyes, hasta olvidarse de ellas y perderse en el plano.
El Maestro Ismael nos dice: “Cada 2000 es una nueva etapa, en la cual hay que cancelar cuentas y salen nuevas leyes para el futuro”. Es el Ángel Supremo, el Secretario Supremo, que toma materia, para recordarnos que tenemos un mismo origen, que somos partículas del Todo y que al Todo tenemos que regresar.
Ya se cumplieron los 2000 años de la llegada del Maestro Jesús, y ya llegaron nuevamente las Leyes al terrestre con el Maestro Ismael, que encarnó, en 1920 y desencarnó en 1970 en la ciudad de Ibagué-Colombia.
El Maestro Ismael nos deja una obra sustentada en la filosofía Espiritual Astral, una obra de Justicia, Amor y Paz; tres leyes, tres fuerzas que representan el Triangulo Supremo. Ya el Maestro Moisés había entregado la Justicia en su Decálogo, conocido como las Tablas de la Ley o los Diez Mandamientos; el Maestro Jesús había entregado el Amor, a través del amor profundo y decía: Todos somos hijos del mismo Padre, mira a tu hermano desde su corazón, donde está la chispa radiante, partícula de Dios; y el Maestro Ismael entregó la Paz y enseñó que para alcanzarla es a través del Perdón, y que el Perdón es la medicina más grande y poderosa que puede tener el ser humano. Cuando se perdona de corazón se encuentra la Paz, se libera el ser de cargas pesadas que se han estado arrastrando de diferentes etapas, cruzadas o existencias pasadas.
Si por la Ley de la Causa y el Efecto se está sufriendo una dolencia física o moral, por medio de la Ley del Perdón, será liberado o curado de esa dolencia. Al perdonar se van cancelando deudas contraídas en el ayer, en todos los campos: económicos, sentimentales, de salud, sociales, familiares, de comportamiento, etc. –El perdón es la verdadera confesión, nos recuerda el Maestro Ismael-.
Cuando por errores y caídas un ser entra en conflicto interno y externo, para alcanzar la Paz, es a través del dolor, el sufrimiento, la enfermedad o el perdón. Esta Ley del Perdón le entrega una nueva oportunidad, hace que el universo mantenga su equilibrio, es una energía renovadora que lleva al ser a alcanzar posiciones más elevadas en la medida en que se le practique. Trae al presente todas aquellas fallas del ayer, sintetizando el pasado, dando nuevas oportunidades de avanzar por la senda evolutiva.
La Ley del Perdón y la Ley del Desapego actúan conjuntamente, pues el perdón implica desapego de vivencias que han generado odios y rencores -por desconocimiento de la Ley de la Reencarnación y de La Causa y el Efecto-pues a través de los años en vez de irse diluyendo, se conservan y hasta se van acentuando a la espera del desquite. Es aquí donde hay que desatar todo aquello que mantenga unido al ser a situaciones materiales vividas equivocadamente.